Travessia do rio Iriri (Foto: Isaac Costa de Souza)

Terra Indígena Cachoeira Seca: desde el contacto con los Arara hasta la homologación

Por Rafael Nakamura | Traducción: Lucas Bonolo

En el mes de abril, se dio un paso importante en el largo proceso de regularización de la Tierra Indígena (TI) Cachoeira Seca – territorio del pueblo Arara en la provincia de Pará –, con su homologación por Decreto Presidencial publicado en 5 de abril de 2016. La TI se encuentra al norte de la Terra do Meio, en los municipios de Placas, Uruará y Altamira (PA), y su origen se conecta a la demanda agraria administrativa abierta por la Funai (Fundación Brasileña del Indígena) en 1970, tras la creación del Frente de Atracción Arara, que monitoreaba el movimiento de colonización en la región cuando se abrió la carretera Transamazónica.

La carretera Transamazónica trajo a la región sur del Pará una fuerte amenaza a los territorios indígenas e intensificó la “abertura” de pueblos que hasta entonces frenaban el contacto permanente con la sociedad nacional mayoritaria. La región conocida como Terra do Meio, entre los ríos Iriri y Xingu, fue intensamente deforestadas por madereros ilegales durante años, grupos que todavía explotan ilegalmente recursos dentro de las tierras indígenas.

Las 733.688 hectáreas demarcadas atienden a una frágil población de 105 indígenas Arara, de Cachoeira Seca, un grupo de contacto reciente de una familia lingüística Karib, que vivió diversos traumas en el proceso de contacto e invasión en su territorio. Además de la manutención de las invasiones en su territorio, los indígenas Arara de Cachoeira Seca viven hoy la amenaza de destrucción de su organización social, de los costumbres, tradiciones y su propia lengua materna.

La construcción de la central hidroeléctrica de Belo Monte trajo una nueva serie de impactos negativos sobre el modo de vida de los Arara y de otros pueblos que se hallan bajo el área de influencia de las obras. La homologación de la TI Cachoeira Seca fue una de las condiciones para la otorga de licencias de Belo Monte, y debería haberse efectuado antes del inicio de las obras, hace seis años. A través del proyecto “Protección Étnico-Ambiental de los Pueblos Indígenas en Aislamiento y de Reciente Contacto en la Amazonia Brasileña”, el Centro de Trabajo Indigenista (CTI), en colaboración con la Funai, viene apoyando las acciones del Frente de Protección Étnico-Ambiental Medio Xingu.

Para comprender el largo proceso de violaciones de los derechos territoriales de los Arara hasta la reciente victoria con la homologación, el CTI entrevistó la antropóloga Maria Helena Amorim Pinheiro, responsable del Informe Circunstancial de Identificación y Delimitación de la TI Cachoeira Seca – el estudio que compiló y profundizó los trabajos anteriores para demarcar el área recién homologado.

¿Qué importancia tiene la homologación de la Tierra Indígena Cachoeira Seca? ¿Qué medidas no han sido cumplidas todavía por el Estado brasileño para garantizar los derechos de los Arara en su territorio?

La homologación de la TI Cachoeira Seca es una medida administrativa de alta importancia, porque representa el reconocimiento de los derechos territoriales Arara, según lo prescrito por la Constitución brasileña. Un proceso administrativo que empezó en 1985, con la interdicción de un área de 1.000.060 hectáreas, destinados a proteger los indígenas Arara, pueblo avistado durante toda la década de 1970 y que sólo en 1988 viene contactado por el Frente de Atracción Arara.

La homologación es una de las últimas etapas de este procedimiento administrativo, cuando se ha pasado por otros dos estudios de Identificación y Delimitación anteriores [Grupo Técnico Decreto Nº 1528/88 y Nº 0428/PRES/94]. Llegó a emitirse el Decreto Nº 26/MJ, el 22 de enero de 1993, pero fue posteriormente anulado, dejando la impresión de que los trabajos habían sido congelados y abriendo nuevos ciclos de invasión de aquellas tierras. El último Grupo Técnico (GT) Decreto N° 1442, del 18 de noviembre de 2004, buscó adecuarse a la normativa vigente, de acuerdo con el Decreto 14 [Decreto MJ nº 14/96, que establece normas sobre la elaboración del Informe Circunstancial de Identificación y Delimitación de Tierras Indígenas] y con el Decreto 1775 [Decreto nº 1775/96 que dispone sobre el procedimiento administrativo de demarcación de tierras indígenas].

El Decreto de Homologación consolida procedimientos que han sido presentados y postergados a lo largo del tiempo, y ofrece nuevas medidas para la retirada de los ocupantes no indígenas. También va a respaldar los trabajos de monitoreo y supervisión a fines de garantizar el uso exclusivo de los recursos a los indígenas, según lo prescrito por la Constitución.

Dentro de los treinta días que siguen a la publicación del decreto de homologación, la entidad federal de asistencia al indígena promueve el respectivo registro en el Notario de dicha comarca y en la Secretaría del Patrimonio de la Unión, en el Ministerio de la Hacienda de Brasil. (SPU).

Entre las nuevas medidas que buscan la retirada de ocupantes no indígenas, se emitió el Decreto FUNAI/PRES Nº 492, de 20/05/2016, que estableció el Grupo Técnico para la manutención del levantamiento y evaluación de bienes hechos por no indígenas en la Tierra Indígena Cachoeira Seca [Boletín Oficial – 97 – 23/05/2016 – Sección 2 p. 37].

¿Cuál el histórico de contacto de los Arara? ¿Qué motivó el contacto?

En los años 70 y 80, el gobierno de Brasil dio estímulos a la ocupación de la región amazónica a través de incentivos fiscales y financiación pública para la ejecución de proyectos agrícolas y ganaderos con vinculación y asentamiento de las víctimas de la sequía del nordeste brasileño. Esta forma de ocupación trajo una intensa deforestación a la región, con la promoción de la tala ilegal en áreas antes inaccesibles, y que posteriormente se transformaron en zonas agrícolas o ganaderas. En este contexto, la inauguración de la carretera Transamazónica intensificó la ocupación, causando pérdidas ecológicas y socio-culturales severas a los indígenas Arara, ya perseguidos y casi exterminados.

La Transamazónica “cortó” territorios indígenas y hubo la necesidad de crear Frentes de Atracción con la doble función de atraer a los indígenas para que no ofrecieran peligro a los invasores, y evitar el conflicto directo, que podría causar muertes. Era la manera de lograr un proyecto del gobierno de ocupación en la zona.

Las historia reciente de los indígenas Arara de la TI Cachoeira Seca está marcada por la fuga, el abandono y el aislamiento por largos periodos, desde su retirada de las relaciones sociales con otros subgrupos del mismo grupo étnico, incluyendo otros grupos que podrían cruzar su camino.

Son obvias las razones que llevaron a los Arara de Cachoeira Seca a un estado de fragilidad emocional, y se puede afirmar que hasta hoy no se sentían completamente seguros, a pesar de la presencia de la Funai en la región. La no regularización y la no fiscalización de las tierras siempre fue un factor agravante para su estado de inseguridad. Todos esperan que las medidas administrativas para restaurar el control total sobre la ocupación del territorio tradicional Arara traigan la solución para estos problemas.

Vea a la galería de fotos:

Históricamente, ¿cuáles son las principales presiones que acosan la TI Cachoeira Seca?

La construcción de la Transamazónica promovió una nueva forma de ocupación no indígena en la región de Cachoeira Seca, proporcionando la explotación ilegal de madera o la ganadería, a través de núcleos provenientes de Uruará, Placas, Rurópolis y Altamira (PA), con sus habitantes cooptados por falsificadores de títulos para registrar la posesión de tierras públicas en notarios de la región (conducta que permitía legalizar la tala de madera con base en “planes de manejo” oficiales).

A partir de la carretera, salen vías secundarias hacia la TI Cachoeira Seca, donde se intensificó la ocupación humana, facilitada por el acceso y la presencia de especuladores y falsificadores, junto a los madereros. Estos grupos siguen usando el mismo sistema de las carreteras para mantener el modelo ilegal de ocupación.

La presión de los madereros llevó a la apertura de inúmeras vías y senderos, que por su vez facilitaron la llegada del ganado y la especulación agraria. Especies de alto valor económico, como caoba, cedro, ipê, jatobá, angelim, se encuentran en la región, siendo las reservas de caoba el principal motivo para el pico de invasiones en la TI Cachoeira Seca.

Entre las principales actividades productivas de la región, están la pesquería artesanal y la colecta de peces ornamentales, además de la extracción de productos forestales (de madera o no) y de la agricultura de tala y fuego. La ganadería se ha ido intensificando gradualmente a lo largo de la carretera Transamazónica, especialmente dentro de los límites de la TI Cachoeira Seca.

Pero la extracción ilegal de madera y la implementación de haciendas ganaderas y granjeras siguieron como actividades económicas predominantes. El núcleo partía de Uruará y seguía por la carretera Transiriri (que atraviesa la TI Cachoeira Seca y se formó a partir de la Transamazónica). Este camino es también la ruta de acceso para la pesquería comercial en el río Iriri y para actividades de grupos madereros que usurpan tierras públicas y tierras indígenas de la provincia de Pará, casi siempre ilegalmente.

La situación de los Arara siempre fue muy delicada. Durante los trabajos del GT, el contexto regional era muy desfavorable para la delimitación del área, especialmente por la violencia de los madereros, que siguen quemando y deforestando, usurpando tierras y estimulando la ganadería, sobretodo en la ciudad de Uruará.

Con la intensificación del proceso de invasión de su territorio (posible debido a la construcción de la carretera y la ejecución de proyectos de asentamiento), varios subgrupos locales comienzan a perder su capacidad de relacionarse con los demás indígenas, manteniendo así una autonomía política e independencia económica con intensa movilidad espacial. y la movilidad social. Sin embargo, un aspecto muy importante de su organización social se deteriora, es decir, la vinculación a redes intercomunitarias para los intercambios matrimoniales y la cooperación en los ciclos rituales. El impacto puede ser aún peor con las obras de infraestructura previstas en programas como el Avanza Brasil, tal la pavimentación de la carretera Cuiabá-Santarém y mismo la Transamazónica o el complejo hidroeléctrico Xingu.

Durante los trabajos prácticos del GT Decreto N° 1442, del 18 de noviembre de 2004, fueron realizaron dos sobrevuelos en la TI Cachoeira Seca, y vimos en ambas ocasiones la situación alarmante del área: numerosos incendios, senderos y zonas de deforestación reciente – hay una de enormes proporciones y todavía en marcha, cerca del arroyo Olhões. Tal vez este proceso de ocupación se ha intensificado desde la suspensión de la demarcación, lo que podría haber dado lugar a la falsa deducción de que las tierras ahora son de nadie.

Al recorrer la carretera de Bannach (Transiriri) también hemos podido comprobar que las ocupaciones, quemadas y deforestación llegan muy cerca del río Iriri. La extracción de madera sigue en ritmo acelerado; de hecho, hemos cruzado con muchos camiones cargados de árboles mientras pasábamos por la Transiriri o la Transamazónica.

La intervención más impactante se trata de senderos abiertos a menos de 4 km de la TI, ciertamente iniciados desde la Transamazónica y destinados a pasar por zonas ricas en vegetación dentro de la TI y hacia el arroyo Olhões. Informaciones de los indígenas describen la ubicación y extensión de los senderos, también dentro de la TI Cachoeira Seca. Los habitantes locales también hablan de la participación de terratenientes que desean implantar la soya en la región. Los indígenas afirman repetidamente corren riesgo de muerte. El miedo y la inseguridad son evidentes en las expresiones y tono de estos grupos nativos, lo que indica la posibilidad de un nuevo conflicto con muertes o un nuevo ciclo de huidas y refugio en las matas para los indígenas (estrategia largamente usada en décadas anteriores).

Desmatamento e conflitos na TI Cachoeira Seca (Imagem: INPE)

Desmatamento e conflitos na TI Cachoeira Seca (Imagem: INPE)

¿Y cómo fue la aproximación del Frente de Atracción Arara?

Cuando el contingente de sertanistas del Frente de Atracción Arara inició sus trabajos de contacto con los Arara, se intentó adoptar la estrategia de agregar algunos indígenas Kayapó o de otros grupos étnicos en las ventanas de diálogo. En un primer momento, los Arara asociaron el Frente de Atracción al pueblo Kayapó, que eran sus enemigos naturales, clasificados como seres malignos, y por esa razón ellos no aceptaron la aproximación.

Los Frentes de Atracción intentaba el contacto, hallando los rastros de los indígenas, siguiendo pistas para localizar a las aldeas y tratar de acercarse. En 1970 ya había seis “frentes de penetración” que trataban de llegar de alguna manera a los indígenas. En varios puntos de la carretera Transamazónica ellos aparecen y los frentes intentan el contacto sin éxito. Estas incursiones del Frente de Atracción Arara hacia los indígenas de Cachoeira Seca tuvieron inicio en 1964 y se extienden hasta 1981-1983 y 1987, a menudo bajo ataques de los Arara.

Había una dificultad mayor con los Arara de Cachoeira Seca porque ellos han vivido siempre una diáspora, huyendo del contacto con otros grupos desde hace mucho tiempo y quedaron extremadamente fragilizados. En busca de refugio, huyendo de los trabajadores de la topografía, los invasores de la tierra etc, los Arara buscaron los lugares más aislados, más inclinados, más inaccesibles. Cuando un grupo del Frente de Atracción percibía rastros, corrían a su encuentro pero solían llegar a aldeas recién abandonadas.

En una de estas búsquedas, el Frente encontró una tumba reciente, probablemente un Arara asesinado. En otra incursión, vieron rastros muy recientes, como fuego y varios objetos personales colgados, también algunos cultivos. En otro momento hallaron cuatro cuevas de Arara, lo que demuestra fuertes indicios de asesinato. Así que, para los Arara de Cachoeira Seca, el Frente de Atracción eran enemigos al igual que los asesinos de sus parientes.

A finales de 1979, se implementa una nueva estrategia para garantizar la tranquilidad de los indígenas para permitir el tradicional “coqueteo” con los regalos y aproximación muy gradual. Suspendieron inmediatamente las penetraciones en territorio indígena e inauguraron un Puesto de Vigilancia y Atracción, retirando varios grupos invasores persistentes.

Los indígenas miraban escondidos a todo el movimiento del Frente, suspendiendo  nuevas obras, sacando invasores, máquinas, tractores, o dejando muchos regalos en puntos estratégicos – objetos útiles como ollas o cuchillos, o alimentos para los Arara. Ellos, a su vez, respondían dejando tortugas u otra caza conseguida en el día.

Debido a la continua diáspora, impedidos de cultivar sus cosechas o cazar y colectar, los Arara vivieron el hambre, y, según el sertanista Afonso Cruz, a finales de 1987, los Arara de Cachoeira Seca aparecieron en la ciudad de Rurópolis e intentaron establecer contacto con los habitantes. India juego era antes de las conversaciones. Los residentes locales tenían miedo y vomitó. La indígena Jogo estuvo delante de los diálogos, pero los habitantes se asustaron y dispararon sobre los indígenas, que pudieron agarrar ollas, alimentos, dejando plátanos y tortugas en cambio. Insistieron por el contacto en otras tres ocasiones.

Todo este proceso es bien contado por el sertanista Afonso Cruz. Dice que en dado momento, los Arara llegaron a entrar en el campamento del Frente de Atracción del arroyo Liberdade. Ellos llegaron y entraron, pero con miedo extremo. Dice que los indios temblaban de miedo y entonces agarraron a los sertanistas, observándolos.

Poco a poco también comienzan a acercarse al campamento del Puesto Indígena (PIN) Iriri, donde queda hoy la aldea de Cachoeira Seca. Esta aproximación fue tomada con mucha cautela y miedo, pero los indígenas empezaron a hacer rozado y construir casas provisorias.

Después que la Tjibie [la mujer más vieja del grupo] se enfermó y ya no podía caminar, ellos tuvieron que permanecer en el Puesto del arroyo Liberdade por cierto tiempo. Más tarde, los Arara comienzan a interpretar y comprender el propósito del Frente, basado ahora en la protección. Los Arara terminan por construir casas definitivas y establecer uso del local.

¿Cuales fueron las dificultades para llevar a cabo los estudios previos y cómo era la situación de los Arara en aquél momento?

De lo que se puede relatar de más brutal hacia los Arara de la TI Cacheira Seca, es la manutención del miedo y la inseguridad, como el pavor de que los madereros vinieran a matar a todos – un hecho pasado todavía muy vivo entre ellos y motivo básico para ya no establecer hogar y vivir sólo en campamentos provisorios, por el constante peligro de las invasiones de explotación ilegal de las tierras.

El contexto regional estaba tenso durante la realización de los estudios del Grupo Técnico en 2004. El Grupo Técnico se reunió con autoridades de las municipalidades de Uruará, Rurópolis y Placas, para aclarar los trabajos, sin exposición excesiva, debido a la incomprensión y oposición local a la regularización territorial del área. Los funcionarios de la FUNAI, y el mismo sertanista Afonso Cruz, que participó en los contactos con los Arara y vivía en Cachoeira Seca, han recibido amenazas de muerte mientras transitaban por la carretera Transiriri. Barcos sufrieron disparos en el río Iriri.

En la época de los últimos estudios del GT de Identificación y Delimitación, los Arara ya estaban se adaptando al nuevo contexto, ya habían construido sus casas, su propia SESAI (Secretariado Especial de Salud Indígena) y ya había completado la construcción de algunos módulos sanitarios. La FUNAI mantuvo tres sertanistas a vivir de forma permanente, más allá de un profesor y un técnico de enfermería. Con la presencia del Estado, se introdujo algunas prácticas, que los Arara incorporaban o les daban nuevo significado. En las últimas décadas, creció una generación de Araras que ya hablan portugués, mejorando el diálogo con los sectores de nuestra sociedad y sus instituciones.

Un hecho significativo acerca de la intensidad del miedo de los ataques de los invasores no indígenas fue el caso de una mujer Arara que había sido diagnosticada con estado depresivo. Ella decía tener la sensación de un objeto atascado en la garganta pero nunca se obtuvo un resultado sobre tal síntoma. Ella vivía reclusa en su casa y cuando circulaba por la aldea llevaba la cabeza cubierta. Yo la he visitado con otro indígena que hacía las traducciones. Ella consintió el diálogo conmigo pero mantuvo la cabeza siempre cubierta. Luego habló en tono exaltado sobre los madereros y la probable muerte de todo su pueblo. Yo expliqué sobre los servidores de la FUNAI y sobre la estrategia de protección, y le pedí que me mostrara su cara, a lo que ella consintió. Al quitar el pañuelo, reveló su bello rostro. Exalté su belleza y le dije que no debería se preocupar más tanto con los madereros, y que intentara circular sin cubrir el rostro, porque era una mujer muy bonita. Al día siguiente, la mujer salió por la comunidad con la cabeza descubierta.